Soufflé o suflé de salmón a las 5 pimientas

Para 4 2.5€/pers. kcal/100g

Opino que todo en la cocina es cuestión de probar, experimentar y atreverse por muy difícil que, a priori, nos pueda parecer una receta. El souffle o suflé fue siempre una de esas receta que pensé que nunca prepararía porque tenía que ser algo complicadísimo de elaborar y con un resultado seguro que dudoso partiendo de mis manos. Un suflé de salmón a las 5 pimientas, que es una variación del famoso y archiconocido suflé de queso.

La receta no es nada complicada, hasta diría que está chupada. Se trata de elaborar una bechamel enriquecida con huevo y complementarla con los sabores que más nos gusten, desde el más simple suflé de queso, pasando por el de jamón o salmón hasta las opciones dulces como el suflé de chocolate o limón.

Quizá el quid de la cuestión esté en conseguir que nuestro suflé se mantenga hinchado el mayor tiempo posible, pero partiendo de la base que es un plato para tomar al momento, sin esperas de ningún tipo, poco importa que una vez que el suflé llega a la mesa y se coloca delante de cada comensal, acabe desinflándose delante de sus ojos.

Entiendo que forma parte del proceso y de todas formas mantiene intacta sus mejores cualidades, el sabor y la textura. El resultado de categoría, digno de la mesa más exigente, de rechupete.

Preparación del suflé de salmón

1. En una sartén cocinamos el salmón a la plancha. Para ello añadimos 1 cucharada de aceite de oliva en la sartén y cuando esté caliente incorporamos la rodaja de salmón. Cocinamos a fuego medio bajo durante 5 o 6 minutos, le damos la vuelta a la pieza y seguimos a fuego medio otros 5 minutos. Es importante que el salmón no nos quede seco por dentro con lo que los tiempos de plancha podrán reducirse si la pieza de pescado es fina.
2. Retiramos el salmón de la sartén y lo limpiamos de piel y espinas. Desmenuzamos el pescado y reservamos.
3. En una sartén ponemos a calentar la mantequilla y, una vez caliente añadimos la cebolla cortada en trocitos pequeñitos. Rehogamos a fuego medio bajo hasta que la cebolla esté blandita.
4. Cuando la cebolla esté casi transparente añadimos la harina y sin parar le remover la cocinamos durante 2 minutos. Mientras cocinamos la cebolla ponemos a hervir la leche con la salsa. En el momento en que vemos que la cebolla está lista retiramos la sartén del fuego y añadimos la leche hirviendo y la salsa de cinco pimientas. Volvemos a poner al fuego y cocinamos sin dejar de remover durante 1 o 2 minutos. Retiramos del fuego.
5. Separamos las claras de las yemas reservando las claras en un bol y añadimos las yemas una a una, incorporándolas en la mezcla de cada vez. Agregamos el orégano y el salmón desmenuzado a la mezcla, incorporamos bien y reservamos.
6. Montamos las claras a punto de nieve y las vamos integrando en la masa. Primero añadimos la mitad de las claras, incorporamos, y luego el resto. Mezclamos para integrar todos los ingredientes con movimientos envolventes para no bajar la mezcla.
7. Untamos el molde que hayamos elegido con mantequilla y espolvoreamos con el queso rallado. En mi caso he utilizado moldes individuales pero sería perfecto en un único molde para todos los comensales.
8. Vertemos la mezcla y con el horno previamente caliente a 170º C cocinamos el suflé durante 25 minutos. Si utilizamos un único molde pondremos el horno a 190ºC durante 30 minutos.

Podemos acompañar este suflé de salmón con una ensalada variada, o incluso tomarlo sólo con un chorrito de salsa a las cinco pimientas. En todos los casos el resultado es un primer plato de categoría.

No dejéis de disfrutar de todas las recetas de pescado y marisco que tenemos en el blog, os aseguro que encontraréis un montón de ideas para hacer mucho más felices a los vuestros.

Hemos trabajado 2 horas y 35 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?

45 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.

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