Rosquillas fritas o al horno. Errores a la hora de prepararlas y consejos para que queden perfectas

Rosquillas fritas o al horno. Errores a la hora de prepararlas y consejos para que queden perfectas

¿A quién no le gusta un dulce?, y más si es un producto tan típico de nuestro país como son las rosquillas.

Suelen prepararse durante la celebración de Carnaval o de la Semana Santa, pero cualquier momento es bueno para degustar las múltiples variedades que tenemos. Dicen que tienen su origen en la época romana, aunque no se extendieron por Europa hasta la Edad Media, posiblemente debido a la necesidad de alimentarse con grandes cantidades y pocos medios.

Como os acabo de comentar hay muchísimas versiones, tanto por la elaboración de la masa, ya sean hojaldradas o más o menos esponjosas, como por su preparación, pues podemos freírlas o meterlas al horno, o incluso por su presentación podemos glasearlas o no, con o sin anís….

Sin embargo, en general podemos decir que se trata de una masa hecha a base de cuatro ingredientes básicos: azúcar, huevo, harina y aceite. Es importante que todos sean de buena calidad y que estén en buen estado para que el resultado sea perfecto. ¿Pero cómo conseguimos hacerlas crujientes por fuera y blanditas por dentro?

Claves para conseguir unas buenas rosquillas

1. A la hora de hacer la masa

  • Es importantísimo cogerle el punto a la textura antes de freírlas. Lo mejor para que quede perfecta es mezclar por pasos los ingredientes dentro de un bol y así podrás ir controlándola.
  • Amasa mucho la masa, aun cuando creas que ya está lista y no se pegue ni a las manos ni a la mesa, sigue amasando unos cinco minutos más para que quede una pasta fina y con todos sus ingredientes bien ligados y compactos…. resulta pesado, pero merecerá la pena.
  • Otro paso muy importante es el reposo. Si no lo hace, la masa adquirirá demasiada fuerza y se puede romper a la hora de modelarla.

2. A la hora de darle forma

  • Una vez haya reposado la masa, cogemos trocitos de unos 15 gramos cada uno, hacemos bolitas, las estiramos y unimos las puntas. También puedes hacer la bola, aplastarla y hacerle un hueco en el centro con el dedo, o bien utilizar la manga pastelera.
  • Cuanto más practiquemos, más pronto le cogeremos el punto a la textura de la masa antes de freírlas. Si dejamos una masa dura (fácil de modelar), obtendremos rosquillas compactas, harinosas.
  • Tener en cuenta que, aunque nos parezca que dejamos la masa blanda, con el reposo de 1 hora, parece mentira, pero la masa se endurece un poco, coge cuerpo.

3. Si son rosquillas fritas. A la hora de la fritura

  • Deberemos freírlas en abundante aceite, mejor aceite de girasol porque resultan mucho menos pesadas que con aceite de oliva, pero esto va en gustos. El aceite de oliva virgen extra tiene demasiada intensidad de sabor que opacaría a la rosquilla.
  • La temperatura del aceite es otro factor importantísimo para obtener unas buenas rosquillas. Deberá estar lo suficientemente caliente para que se hagan bien por dentro, pero no demasiado caliente, que lo único que nos pasaría es que se queman rápidamente por fuera, pero dentro queda cruda la masa. Si el aceite está frío, lo que hacen las rosquillas es chupar mucho aceite, quedándonos unas rosquillas aceitosas. Hay que freírlas despacio, de esta forma, crecerán y se esponjarán más. De lo contrario se arrebatan y quedan duras.
  • Las rosquillas deberán flotar en el aceite (si tocan el fondo porque hay poco aceite, lo único que consigues es que se quemen y que absorban mucho aceite). Las rosquillas en principio van al fondo, pero enseguida suben arriba.
  • No eches demasiadas rosquillas a la vez en la sartén, es mejor poner pocas para que puedas controlarlas y que no se quemen. Además, ten en cuenta que las rosquillas, en contacto con el aceite caliente, crecerán.
  • No debemos darles vueltas y vueltas todo el rato cuando las estamos friendo, ya que lo único que conseguimos es que absorba más aceite de la cuenta y como consecuencia, rosquillas aceitosas. Una vez es suficiente, sobre unos 3 minutos de fritura por cada lado, para que queden doraditas y bien hechas por dentro. Es importante después de freírlas, ponerlas en papel secante de cocina para que absorba todo el aceite sobrante de la fritura.
  • Hay quienes utilizan levadura o bicarbonato para inflar la rosquilla, pero el propio aceite caliente va a hacer que aumenten de tamaño. Si aumentas el volumen con levadura, la rosquilla se secará antes, es preferible, aunque sea tedioso, batir con fuerza los huevos y el aceite para que esponje más.

4. Si son rosquillas al horno. A la hora de hornear

  • Muy importante precalentar el horno, a máxima potencia, unos 220º C.
  • Se hacen enseguida, la mayoría de las recetas son de unos 10-12 minutos, con lo que debemos de estar pendientes del horneado para evitar que se nos quemen o se queden secas. A ser posible con temperatura arriba y abajo y sin aire caliente.
  • Hay que dejar enfriar antes de decorar o de pasarlas al glaseado. Se dejan enfriar sobre una rejilla hasta que estén totalmente frías antes de proceder a darles en baño con el glaseado.

5. Glaseado en almíbar o con azúcar. Tres opciones

Una vez hechas y que hayan enfriado podemos hacer tres tipos de presentación (lógicamente también se podrían comer tal cual).

  • Las espolvoreamos con azúcar glas o azúcar blanquilla normal, colocamos azúcar en un plato y vamos rebozando la rosquilla en el azúcar para que adhiera, de aquí a una fuente o directamente a la boca.
  • La otra opción, que es la que más le gusta a mi padre, es glasearlas con un almíbar suave, a tope de azúcar. Simplemente hacemos un almíbar en un cazo. Donde solemos preparar la leche por las mañanas con los ingredientes de la receta y dejamos que reduzca.
  • Pasamos todas las rosquillas mojando por ambos lados en el almíbar. Esto hará que se forme una costra y que se conserven en buen estado un montón de tiempo. Las ponemos en una bandeja de horno o en la encimera, y pasado un rato las recolocamos para que no se peguen antes de que seque el azúcar.
  • También podemos hacer una sencilla glasa con azúcar glass (225 g) y agua (50 ml.). Preparamos el glaseado batiendo el azúcar glass con el agua. Cuando las rosquillas estén frías las sumergimos en el glaseado por ambos lados. Devolvemos a la rejilla para que escurran el exceso y se sequen.

5. Cómo conservarlas correctamente

A la hora de conservarlas, si nos sobran, las rosquillas se pueden conservar en buen estado un par de semanas. Mejor guardarlas en una cajita de lata o en un tarro de vidrio y siempre en un lugar fresco y seco, pero nunca las metáis en el congelador.

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2 comentarios en “Rosquillas fritas o al horno. Errores a la hora de prepararlas y consejos para que queden perfectas”

  1. Bruno

    Hemos preparado ya varias de tus recetas de rosquillas pues en casa nos flipan. Todas con éxito, pero este resumen de trucos no lo habíamos visto hasta ahora. La verdad es que está muy bien explicado y detallado. Lo mejor antes de hacer tus rosquillas es leer este resumen, consejo de un novato en la cocina.

  2. Bea

    Muy buenos consejos Alfonso, tu blog no deja de sorprender día a día. Que grande eres.
    Saludos desde Caracas.

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