Intolerancia a la fructosa. Síntomas, causas, tratamiento y alimentos prohibidos

Intolerancia a la fructosa. Síntomas, causas, tratamiento y alimentos prohibidos

Hace unos días te informamos sobre qué es la fructosa. Un tipo de azúcar o hidrato de carbono simple o monosacárido. La fructosa la encontraremos en multitud de alimentos como la miel y en la mayoría de las frutar y verduras. Por eso le suelen llamar el azúcar de la fruta.

Para empezar, debemos de tener claro que no es lo mismo una intoxicación alimentaria que una intolerancia. La intoxicación, se produce cuando ingerimos algún alimento que no estaba en buen estado o contenían sus propias toxinas.

La intolerancia por su parte se produce por una reacción no tóxica cuyo origen no es el sistema inmunológico, sino de carácter metabólico, enzimático…… En este momento, es cuando debemos diferenciar entre:

  • Mala absorción de la fructosa, provocada por el estado dañino de la mucosa intestinal
  • IHF, intolerancia hereditaria a la fructosa, motivada por la deficiencia o ausencia de la enzima hepática fructosa. Este se suele diagnosticar en los primeros años de vida.

¿Cómo saber si soy intolerante a la fructosa?

Cuando aparecen síntomas como distensión abdominal, dolor abdominal tipo cólico, flatulencias y gases, retortijones, borborigmos (ruidos intestinales), náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento…durante un tiempo prolongado, es aconsejable realizarse las pruebas necesarias para descartar algún tipo de intolerancia.

Existen varias pruebas, como el test de aliento, biopsia duodenal, test de pH en heces, analítica…sin embargo la más utilizada por ser poco invasiva es el “test de aliento de hidrógeno y metano aspirado”, que consiste en medir la cantidad de hidrógeno existente en el aliento del paciente, soplando en un aparato después de haber tomado unos 50 gr aproximadamente de fructosa.

¿Cómo tratar la intolerancia?

No existe un tratamiento farmacológico que nos permita eliminar esta intolerancia. De lo que, si disponemos, son de suplementos a base de la enzima Xilosa Isomerasa que nos pueden echar una mano en aquellos momentos especialmente sensibles.

En lo que se refiere al tratamiento, podríamos decir que consiste básicamente en dejar de tomar alimentos con fructosa tanto natural como los procesados e irlos introduciendo poco a poco en nuestra dieta, con el objetivo de ir controlando qué cantidad de fructosa puede asumir nuestro cuerpo. Por eso es recomendable, empezar con pequeñas dosis, no más de 2 g de fructosa al día.

¿Qué alimentos debes y no debes comer si tienes intolerancia a la fructosa?

La Asociación Española de Gastroenterología (AEG) nos recomienda una serie de alimentos que os cito a continuación. Es un poco de cajón, pero la mayoría de las frutas llevan fructosa, pero depende mucho de la proporción de la misma. Las frutas con bajo contenido de fructosa son el aguacate, el coco, las limas, las chufas y frutos secos en general como las avellanas, almendras, piñones, castañas o los pistachos. Estos tendrían un gramo, muy poca fructosa.

Entre 1 y 3 gramos se encontrarían la naranja, la mandarina, el plátano, el limón, la fresa, el kiwi, las moras el pomelo, la sandía, la uva fresca y el melón.

Pero se deben evitar aquellas con mayor presencia de fructosa (más de 3 gramos), como las manzanas, uvas pasas, peras, ciruelas, cerezas, melocotón y albaricoques (frescos o secos), higos (frescos o secos), guindas, brevas, chirimoyas y dátiles (sobre todo este último). Y todas las frutas en conserva y almíbar como la piña, el melocotón o las peras.

En el caso de las verduras, se toleran mejor las acelgas, el brócoli, las espinacas, el apio, las alcachofas, las setas o champiñones, la lechuga, la escarola y las endibias.

Los alimentos de origen animal como las carnes, pescados, huevos, leche,… se pueden comer sin problema, siempre y cuando no estén elaborados.

Debería reducirse el consumo de todo tipo de productos procesados como la bollería y galletas, cereales azúcarados o con miel, zumos de frutas industriales, chocolates (incluso con alto porcentaje de cacao), mermeladas y confituras, los refrescos azucarados y por supuesto, todos los alimentos que indiquen “sin azúcar” ya que suelen tener altas concentraciones de fructosa y sorbitol.

También evitar las bebidas alcohólicas como el brandy, el coñac, el whisky… y los dulces tradicionales como el membrillo o los turrones, que tanto gustan en fechas navideñas.

Consejos y recomendaciones si tienes intolerancia a la fructosa

Como la aparición de los molestos síntomas no solo va a depender de la cantidad de alimentos que se consuman sino también de la concentración de fructosa que tengan, es conveniente:

  • Consumir frutas que no hayan madurado excesivamente, ya que cuanto más maduras estén mayor concentración de fructosa tendrán.
  • Procurar no consumir varios alimentos que contengan fructosa en una misma comida.
  • Además, la intolerancia a la fructosa puede estar acompañada de intolerancia al sorbitol, ya que se transmiten por los mismos conductos, por lo que también se eliminarán de la dieta los alimentos que lo contengan e incluso, se deberá tener en cuenta la presencia de sorbitol en los medicamentos.
  • Es importante llevar buenos hábitos de salud: nuestra base alimentaria debe ser saludable, debemos favorecer un descanso correcto, evitar el tabaco y el alcohol, hacer deporte y practicar actividades relajantes que disminuyan los niveles de estrés.

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