Rosquillas de convento o suspiros cordobeses. Postre andaluz paso a paso

Rosquillas de convento o suspiros cordobeses. Postre andaluz paso a paso

Icono personas Para 10Icono euro 0,3€/pers.Icono calorias 315kcal/100g

Ingredientes

  • 250 g de harina de trigo floja de repostería
  • 1 huevo M
  • 150 g de azúcar + extra para espolvorear
  • 30 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 1/2 cucharada de levadura química o polvo de hornear
  • 25 ml de licor de anís
  • 30 ml de leche entera
  • 1 naranja
  • 1 limón 
  • 1 pizca de sal (3 gramos)
  • Aceite de oliva virgen extra suave en abundancia, para freír las rosquillas
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España está llena de deliciosas recetas dulces. En cada región o ciudad hay una que se caracteriza por ser la más típica. Soy goloso y siempre que voy a una ciudad nueva una de las cosas que hago es ir a una pastelería y hacer una cata de productos tradicionales. Cuando estuve en Córdoba probé estas rosquillas o suspiros, que me parecieron una locura y no paré hasta obtener la receta.

Las rosquillas o suspiros cordobeses son de origen árabe, como muchos otros dulces de sartén tan característicos de nuestra gastronomía, para los que no se necesitan más que un puñado de ingredientes de los de toda la vida. Es más que probable que esta receta despierte recuerdos en muchos de vosotros, pues es la típica elaboración para la que las familias se reunían (y se siguen reuniendo) y todos se ponían manos a la obra para sacar una buena producción de ellas.

Son muy típicas de la época de Todos los Santos y en Semana Santa, aunque nada ni nadie nos impide hacerlas en cualquier momento del año. Es más, no os dejéis llevar por la tradición en este sentido u os estaréis privando de un bocado exquisito. Y lo mismo ocurre con otros tipos de rosquillas, las tradicionales torrijas, los pestiños, los esponjosos buñuelos, etc. ¿Para qué limitarlas a una época del año cuando nos dan tantas alegrías?

Os dejo con esta receta de rosquillas muy caseras, con un sabor y olor a antaño que enamora. Siguiendo la receta paso a paso te saldrán perfectas, de rechupete. Es una receta que le encanta a los niños por su aroma y por la manipulación de su masa (eso de hacer bolitas les encanta), así que aprovecha para involucrarles en la cocina y disfrutar de su compañía..

A mi me gusta servirlas a la hora de la merienda o en el momento de la sobremesa, sobre todo si lo comparto con amigos y familiares. Vamos al lío y a preparar estas rosquillas en casa, un dulce buenísimo.

Preparación de rosquillas o suspiros cordobeses

  1. Para preparar la masa es importante mezclar bien todos los ingredientes, que queden integrados, hasta homogeneizar. Hecho esto la dejamos reposar antes de formar y freír. Empezamos mezclando el huevo y el azúcar en un recipiente amplio y hondo.
  2. Cuando obtengamos una mezcla cremosa añadimos la ralladura de 1/4 de limón y de 1/4 de naranja, previamente lavados y secos. Si os gusta mucho el sabor cítrico, podéis aumentar la cantidad de ralladura. Lo primero que hacemos es coger un bol amplio para mezclar todos los ingredientes. Comenzamos batiendo los 2 huevos con un batidor de varillas e incorporamos 300 g de azúcar blanco.
  3. A continuación incorporamos la leche, el aceite y el licor de anís. Mezclamos bien. En otro recipiente unimos 200 gramos de harina de trigo con la levadura química y una pizca de sal. Una vez que tenemos la mezcla de los ingredientes secos lista la volcamos en el recipiente con la mezcla de ingredientes líquidos y mezclamos.
  4. Según vamos integrando todos los ingredientes la masa se vuelve más densa y es posible que necesitemos usar las manos para conseguir una masa homogénea. Tiene que quedar blanda, pero no pegajosa. Sí, con esta cantidad de harina, la masa está demasiado blanda, añadimos más harina (poco a poco) hasta obtener la consistencia adecuada.
  5. Envolvemos la masa resultante con papel film y dejamos reposar durante una hora, aproximadamente, dentro de la nevera. Pasado el tiempo de reposo toca formar las rosquillas y freír.

Fritura y presentación final de las rosquillas o suspiros

  1. Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén, sin que llegue a humear. Las rosquillas requieren de un aceite a temperatura media para que se hagan por dentro y no se quemen por fuera. Quizás la primera no salga perfecta, pero servirá para cogerle el pulso al aceite y ajustarlo adecuadamente.
  2. Tomamos pequeñas porciones de masa y boleamos. Nos podemos untar las manos con un poco de aceite para que no se nos peguen. Con ayuda de los dedos le abrimos un agujero en el centro y lo abrimos bien, teniendo en cuenta que cuando estén en el aceite crecerán y el agujero se hará más pequeño.
  3. Según vamos teniendo listas las rosquillas las dejamos caer en el aceite con sumo cuidado y las freímos por ambos lados hasta que estén doradas. Una vez listas las sacamos y dejamos escurriendo sobre papel de cocina.
  4. Cuando aún estén calientes espolvoreamos las rosquillas con azúcar blanco, para que se quede pegado y cubra la superficie.

Aquí tenéis todas las fotos donde muestro como preparar esta receta paso a paso. No os perdáis detalle para que os salgan de rechupete.

Galería de la receta

Consejos para unas rosquillas o suspiros cordobeses perfectos

  • Podemos servir las rosquillas, una vez frías (aunque están deliciosas en caliente), tal cual o darles un toque de canela, mezclada con el azúcar del rebozado. Aunque esto es opcional.
  • Un poquito de licor casero, un vaso de leche o una taza de café son tres grandes acompañamientos para las rosquillas cordobesas. Se trata de una merienda perfecta para toda la familia o un dulce ideal para ofrecer a nuestros amigos, un dulce de rechupete.
  • Es importantísimo controlar bien la temperatura del aceite para que no queden crudas por dentro y se quemen por fuera. Para ello lo mejor es hacer la prueba con la primera y determinar si vamos por buen camino o necesitamos ajustar el fuego.
  • La cantidad de harina que indico en la lista de ingredientes es una referencia, puede variar según la marca que se use. Unas absorben más líquido que otras, así que tenlo en cuenta. Si tu masa queda muy pegajosa, la puedes arreglar añadiendo más harina. Pero hazlo poco a poco para no pasarte.
  • El toque de limón y naranja es muy sutil, aunque se nota perfectamente su presencia. Los enamorados de los sabores cítricos quizás quieran aumentar la cantidad de ralladura a usar en esta receta. Al gusto.
Hemos trabajado 2 horas y 50 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?

60 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.

Ilustración

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Sobre el autor

Cuéntame qué tal te ha salido la receta, anécdotas, trucos o preguntas. Leo todos los comentarios y respondo siempre a las dudas. Firmado: Alfonso.

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